Aventuras, riesgos y emociones por senderos garabateados en la altura. Caminar, pedalear, cabalgar, quizás ascender a una montaña cubierta de nieve perpetua o enfrentarse a los rápidos de un río torrentoso que corre entre paredes verticales. Desafío, coraje y pundonor... y la adrenalina se desborda al volar sobre depresiones profundas, al escalar las rocas buriladas por el golpetear del viento Ríos de torrentes endemoniados, desiertos de apariencia infinita y bosques sofocantes, los países andinos son ideales para la práctica de aquellos deportes que llevan al hombre al límite de sus posibilidades y le permiten "retar" a la naturaleza, en aventuras que entierran -aunque sea por un momento- la enloquecedora tensión de las ciudades. 
